Los días lejos: Viajo por una complicación cardíaca que padece mi abuelo. Él es un hombre mayor, bastante optimista y feliz, a pesar de las grandes derrotas y derribos que la vida le ha dado. Un hombre bastante culto y risueño como solo es él. Un viejo querendón. Cuando yo apenas crecía en mis cortos 4 años fue gracias a él de quien obtuve mi amor por la literatura. Es un señor con mucho amor por sus hijos y nietos, y siendo yo uno de sus favoritos me compraba galletas y paletas que me daba a escondidas. Entonces me mortifica mucho verlo sobre una cama, postrado, deteriorado por el tiempo, socavado. Está enfermo, sí. Es cierto. Pero veo la vida pasar por sus ojos grises. Me pude colar gracias a los doctores muy amables al área donde se encuentra, que es un área donde no se reciben visitas. Es sordo. Así que le hago señas para que pueda entenderme y de pronto me empieza a contar que un señor está también en ese hospital. El señor Daniel Colen. Mi abuelo no sabe que es...