No te odio, al contrario.
Te amo mucho…
Parado entre una multitud
de personas, no tenía ni un motivo para mirar atrás mío. De no ser por esa
mirada que se me estaba clavando en el cuerpo… no sé si es una grata sorpresa o
simplemente el destino se estaba riendo de mí, pero después de haber llorado
tantas noches, de haberle rogado a la vida, de imaginarte todas las noches,
después de tanto tiempo, no eras una ilusión… y me aterra el poder que tienes
sobre mí.
Detuviste el tiempo de
nuevo, ¿es que mi amor por ti debe ser un contador que debe ser reiniciado? Hoy
me encontré con la chica que me gustaba, son esas cosas para las que nunca se
está listo, y peor aún darme cuenta que todavía no lo supero.
Número siete… ¿cómo
no reconocerte si esos hermosos ojos están clavados en mí? Y aunque nuestras
miradas se rosaron por un breve momento, no lo sé… ¿quién era ese chico alto a
tu lado?
Me causa gracia, ¡pero me
río porque no entiendo! ¿por qué estás buscando mi mirada? Me confundes… ¡y
tampoco entiendo por qué!
Minutos después pasé a tu
lado. Buscaste mi mirada de nuevo y aunque nos vimos fijamente por unos
fragmentos más pequeños que un segundo, eso me enojó. ¿No podías simplemente
dejarme apreciarte? Ya estoy demasiado lejos como para caminar de vuelta.
Sé que no debo estar
cerca de ti, aunque te amo mucho. No puedo ser solo tu amigo… no quiero… y sé
mejor que nadie que es egoísta y que fui, soy y lo seré siempre. Fui tu único
amigo por algo de tiempo, o al menos eso me dijiste, por eso me costó tanto
irme…
Sigo creyendo que eres el
amor de mi vida.
Sé que eres la pieza
faltante en mi corazón.
Me dio mucho gusto verte
de verdad… por un momento ese pequeño agujero dónde faltas tú se llenó y fui
feliz, aunque ahora este llorando mientras te escribo uno de muchos textos que
no vas a leer.
Así como hoy, siempre
usaré esta máscara para mostrarte que estoy bien, para hacerte creer que no te
anhelo, aunque por dentro esté incompleto.

Comentarios
Publicar un comentario